Si has tenido la suerte de visitar la ciudad de New York, en los Estados Unidos, seguramente habrás subido a la azotea del famoso Empire State Building, en la 5th Avenue entre la calle 34 y la 33. Y si no, lo has visto en cientos de imágenes, películas y videojuegos por su característica silueta, que lo convirtió en el edificio más alto del mundo durante buena parte del siglo XX, siendo completado en 1931.
El Empire State, símbolo de la ciudad de New York, es también uno de los ejemplos más característicos del revolucionario estilo triunfante en los años 20 y 30 hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial: el art déco. Un estilo surgido a raíz de la Expo Universal de París en 1925 (L’Exposition Internationale des Arts Décoratifs et Industriels Modernes) que no solo impregnó a la arquitectura, sino que también tocó a la moda, la pintura, la escultura e incluso el cine, que por aquella época daba sus primeros pasos.
El art déco está influenciado por el constructivismo, el cubismo, el futurismo y el racionalismo de la Bauhaus, y en la arquitectura destaca por la monumentalidad, inspirada en los descubrimientos contemporáneos en Egipto, y por el uso de las innovaciones del tiempo: formas aerodinámicas relacionadas con la iluminación, formas procedentes de sistemas eléctricos, radios o revestimentos marinos (con el ojo de buey como nota predominante). La geometrización de las formas, en contraposición al modernismo del siglo anterior, también es común en el art déco. Por lo general, puede decirse que el art déco es fruto de su época, en la que se intenta plasmar en la arquitectura todos los revolucionarios avances de la técnica del principio de siglo.
Dado que el Art déco surge en Francia, es el principal lugar donde podemos encontrar ejemplos de esta arquitectura (junto con los Estados Unidos). Podemos destacar en Paris el Palacio Chaillot en los jardines de Trocadero o el Palacio de Tokyo; en Reims el bureau Lyautey o la Biblioteca Charnegie, en Biarritz el Casino y en Niza el Palacio del Mediterráneo. En Estados Unidos, además del nombrado Empire State Building, tenemos ejemplos famosos como el edificio Chrysler en la misma New York además del Rockefeller Center, el boulevard Wilshire en Los Angeles, y el distrito del art déco en Miami Beach.
En España tenemos algunos ejemplos en Barcelona, Madrid y Valencia, destacando respectivamente el Passeig de Gràcia (donde se entremezcla con el clásico modernismo barcelonés), la Gran Vía y el Rectorado de Valencia.
Además, el art déco ha sido inspiración para algunos subgéneros artísticos basados en la distopía, que han dado pie a multitud de obras. El art déco sublima en el cine con la obra Metrópolis, de 1927, siendo el robot, metáfora de la mecanización de la humanidad, uno de los más clásicos ejemplos del art déco. En el videojuego, ejemplos como la ciudad de Rapture, en Bioshock, el estilo de Grim Fandango o el propio Washington DC «atompunk» de Fallout 3 son también inspiraciones poco disimuladas del art déco.
Volviendo a nuestros días, como profesionales del 3D nos preguntamos qué tipo de virguerías visuales y arquitectónicas hubieran lanzado al mundo los creadores de los felices años 20 si hubieran tenido en sus manos el dominio de un 3ds Max o de un Photoshop, ¿lo imaginas? (por cierto, si en tu caso aún no has conseguido realizar renders fotorrealistas y con paseo virtual incluïdo, no te preocupes, en el Curso Online de Infoarquitectura con 3ds Max y Vray te preparamos para ello).
Algunos expertos consideran que el art déco está volviendo, especialmente en la decoración: cuadros y pósteres de películas de los años 30, colores de la América de entreguerras, formas como el zigzag o el rombo y materiales como el ébano, el acero o la piel. ¿Qué opinas del art déco? ¿Te gusta? ¿Te parece anticuado? Puedes dejar tu comentario más abajo y te leemos ;).